En la vida de muchos de nosotros, hay un camino especialmente difícil de recorrer: el camino de regreso a casa con una pregunta taladrandote la cabeza "¿Como le voy a explicar a mi familia que acabo de perder mi trabajo?"
Es una pastilla particularmente amarga de tragar. Tu estabilidad laboral y financiera se han ido directo al caño, te asaltan las dudas sobre tus capacidades profesionales y probablemente te invadan sentimientos negativos hacia tus ahora ex-empleadores. Y conseguir un trabajo nuevo tampoco es un paseo por el campo. Todos los que alguna vez hemos salido curriculo en mano a ver quien nos hace el favor de darnos trabajo sabemos lo frustrante que puede ser este proceso.
Aquí te ofrecemos algunos consejos para que este proceso sea un poco mas llevadero
Despídete como un caballero
Como dijimos antes, tal vez te invada la urgencia de escribirle una carta a tu ex-jefe expresándole todo tu sentir hacia el y hacia su sacrosanta progenitora. No lo hagas. Es bastante probable que a la hora de buscar otro trabajo, tus prospectos llamen a tu antigua empresa para pedir referencias de ti. Así que trágate un poco tu ego y queda en los mejores términos posibles. Una vez que hayas arreglado todo el papeleo, da las gracias y sal con la frente en alto. Tampoco es muy conveniente "hablar con el director" para ver si pueden revocar la decisión. No es muy probable que se retracten.
Hazte un serio autoanálisis
Una vez que ya has arreglado tu situacion con tu antigua empresa, tómate un tiempo a solas y analiza objetiva y desapasionadamente el porqué te despidieron ¿fue por falta de disciplina? ¿no cumpliste con los objetivos? ¿exactamente qué esperaban de ti y porque no cumpliste con sus expectativas? Es un ejercicio que puede que no sea muy agradable, pero es necesario para evitar que te pase de nuevo. Una vez identificada la causa por la cual tus servicios ya no fueron necesarios, elabora un plan para arreglar esos problemas con tu desempeño.
Mantente ocupado
"Debo perderme en la acción para no marchitarme en la desesperación" Arthur Hallan
Cuando nos vemos en este tipo de problema, lo que más se nos antoja es quedarnos tirados en la cama viendo maratones de Netflix, rumiando nuestra desgracia. De nuevo, no lo hagas. Levántate temprano, sal a hacer ejercicio (si te preocupa que ya no puedas pagar la membresía del gimnasio, en cualquier parque público hay todo lo que necesitas para hacer una rutina completa), arréglate como si todavía fueras a trabajar, toma cursos (sitios como Khan Academy, Duolingo o Udemy ofrecen cursos en línea gratuitos o a precios muy accesibles), haz talacha en casa (siempre hay una puerta caída, una pared despintada o un cajón que no cierra bien) o siéntate a hacer el borrador de esa novela que siempre quisiste escribir. El chiste es mantener tu mente ocupada en algo productivo, aunque de momento no lo sientas así. Quien sabe, a lo mejor en esos momentos de concentración las musas son benévolas contigo y te llega una idea para tu propio negocio.
Lee libros motivacionales
En esta era del internet y las redes sociales, es muy común que se burlen de los libros o programas de autoayuda y de las personas que los leen. Y aunque la mayoría de los mencionados libros y programas son repetitivos o francamente ingenuos, su propósito no es darte la poción mágica que resolverá todos tus problemas, sino mantenerte en un estado mental y emocional positivo. Autores como Napoleón Hill, Dale Carnegie, Brian Tracy o incluso el mismo Paulo Coelho pueden darte buenas ideas o por lo menos manenerte en un estado anímico constructivo. Solo hazte un favor a tí mismo: no lo pregones. Las temáticas de tus lecturas son una intima relación entre tu y tu computadora, tablet, kindle, libro físico o cualquier otro medio que utilices.
Cuida tu dinero como leona a sus crías
Si has trabajado por cierto tiempo en una empresa, lo mas probable es que tu liquidación sea considerable: proporcional de aguinaldo, salarios caídos, fondo de ahorro, vales de despensa, etc. Resiste la tentación de salir a comprar esa pantalla plana de 75" que te ha estado haciendo ojitos desde hace meses. Sin descuidar tus responsabilidades (hipoteca, colegiaturas, servicios, etc) ve donde puedes ir recortando gastos y estirar el dinero lo más posible.
Sal de cacería
Puedes tomarte un par de días para procesar el hecho de que ya no tienes trabajo, pero lo ideal es salir inmediatamente en busca de nuevas oportunidades. Así que afila tu CV, utiliza tu red de contactos (amigos, familiares, ex-colegas) para averiguar que empresas están contratando personal de acuerdo a tu perfil o, en un alarde de autoconfianza, sal a buscar cómo establecer tu propio negocio.
Por último, prevenir es mejor que curar
Si aun eres de los afortunados que todavía tienen el lujo de "checar tarjeta" por las mañanas, tenemos unos consejos para que evites "pasar por RH":
- Hazte una autoevaluación (o mejor, que te la haga tu jefe): si ya estás sintiendo "pasos en la azotea" o no las tienes todas contigo en cuanto a si vas a llegar a la próxima quincena, es momento de hacer un alto en el camino y evaluar cómo va tu productividad personal. Si tienes confianza en él/ella, acércate a tu supervisor directo pidele que te de una opinión honesta de tu desempeño y en que puedes mejorar. Y aplicate.
- Ten un plan de contingencia: es un chiste Godinez muy común el decir que "somos ricos los primeros 5 días y pobres el resto de la quincena". Los expertos en temas financieros recomiendan tener un ahorro de emergencia que cubra tus necesidades básicas por 6 meses sin ningún ingreso. Puede que suene a mucho dinero, pero todo camino largo empieza con el primer paso: dale una repasada a tus gastos y ve donde puedes rascar un peso aquí y un peso alla. ¿Generalmente llegas a la oficina con Macchiato Latte manzana-canela comprado en el Starbucks de la esquina? comprate un termo anti derrames y llevate tu café de casa. ¿Regularmente comes en restaurantes? aprende a cocinar y acostumbrate a comer en casa (en internet encuentras la receta para cualquier cosa que se te antoje) ¿Vas al cine todos los fines de semana aunque la cartelera no te emocione mucho? se mas selectivo en cuanto a tus gustos cinematográficos y procura ir en días de 2x1. Una estrategia que en lo personal me ha dado muy buenos resultados, es tener un frasco a la mano cada vez que me quito los pantalones: todo el cambio que traigo en los bolsillos lo meto a ese frasco y me olvido de el hasta que es hora de contarlo y depositarlo en la cuenta de ahorro. Te sorprenderás de las cantidades que puedes llegar a juntar con pura "morralla" (de pesito en pesito engorda el cochinito, decía mi abuela)
Así que animo amigo mio, el mundo no se acaba por perder un empleo. Como dijo Napoleón Hill en su libro Piense y Hagase Rico (título un poco engañoso pero en realidad es un libro bastante práctico) "Las bendiciones suelen llegar disfrazadas de crisis"
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