Hombre, Casos de la Vida Real.
Un día, despiertas y tomas la resolución… no, el solemne juramento de que ahora sí vas a ponerte en forma. Estas cansado de no verte los pies cuando te atas las agujetas, de que cada que te pones esa camisa que tanto te gusta seas una amenaza de balacera de botones ambulante y que tengas que tomar un descanso cada que vas al cuarto piso a darle a Susanita la de contabilidad las facturas de los viáticos. Cada vez que ves una película de superhéroes notas que tu esposa pone ojos de borrego a medio morir viendo los brazos de Chris Hemsworth o los pectorales de Henry Cavill. ¡Y eso es inaceptable, maldita sea!- Tu índice de masa corporal y porcentaje de tejido graso (más importante que el peso neto de tu cuerpo).
- Tu metabolismo basal (la cantidad de calorías que quemas por el simple hecho de respirar)
- Tu índice de masa muscular (cantidad y distribución)
- Tus habilidades físico-atléticas (fuerza, velocidad, poder, flexibilidad, balance, capacidad cardio-pulmonar y resistencia muscular)
- Una dieta balanceada y en su mayoría libre de productos procesados (con ciertos protocolos que más adelante explicaremos a detalle)
- Un programa de acondicionamiento físico basado en entrenamiento de fuerza.
- Entrenamiento cardio-pulmonar y de flexibilidad que, a pesar de no ser tan necesario, es un buen complemento del entrenamiento de fuerza.
- Descanso y recuperación
- Y por último, lo más importante: DISCIPLINA, DISCIPLINA Y DISCIPLINA.


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