“El bruto se cubre, el rico de adorna, el fatuo se disfraza, el elegante se viste” - Honoré de Balzac
Tal vez alguna vez lo has oído, o probablemente tú mismo lo pienses:
“Eso de arreglarse y cuidar la apariencia es para mujeres, metrosexuales y gays. Los hombres de verdad nos sentimos a gusto pasando 3 días sin bañarnos y nos ponemos lo primero que encontramos”
Lamentablemente es una idea muy arraigada, sobretodo en el varón mexicano, catalogar de pretencioso un hombre que se preocupa por el estilo al vestir y la apariencia en general, o directamente tildarlo de homosexual. Nada más lejos de la realidad.
El dar la mejor presentación de nosotros mismos en toda ocasión es de las cosas mas masculinas y varoniles que podemos hacer. Nuestra imagen es una parte inamovible de nosotros mismos y es el primer mensaje que mandamos al exterior; una presencia elegante, pulcra y con estilo sin caer en lo fastuoso es siempre una buena tarjeta de visita, además es una señal de auto respeto y respeto hacia los demás.
Es vestir con buen gusto y estilo, no a la moda
“La moda es una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada 6 meses” – Oscar Wilde
Este sitio no aboga por las modas pasajeras y mucho menos por las “Fashion Parades”, que en lugar de pasarela parecieran ser concursos de a ver quién inventa el disfraz de Halloween más ridículo. Este blog se decanta por el estilo clásico, atemporal, depurado y elegante que muchos hombres portan con una naturalidad sorprendente.
“Una particular forma de vestir donde se prima la elegancia y el estilo frente a las modas pasajeras y no pocas veces carentes de sentido está hoy en periodo de auge y su popularidad vuelve a alcanzar cotas de exquisitez similares a las de los años treinta. Al hombre de hoy en día ya no le satisface vestir de cualquier manera. Quiere gustarse y estar elegante dejando la decisión de qué ponerse y cómo combinar las diferentes prendas solo a él. De nada sirve adornar la parte interior del saco con una gran marca si el cuello se abre o se forman llamativas arrugas al abotonarlo. Hoy, se busca que el traje quede exactamente acorde con las medidas del propietario, los zapatos realcen el conjunto y la camisa combine tanto con el traje con la corbata” – Rafael Medina Abascal, Duque de Feria
El vestir bien es un medio para un fin, no un fin en sí mismo. Mejorar nuestra apariencia trae consigo muchas recompensas, incluso para aquellos hombres que no están sujetos a un código de vestimenta. Y si lo arriba mencionado no te convenció de gastar tu último bono de productividad en ropa y calzado de calidad en vez de en el nuevo iPhone, he aquí las razones por las que todo hombre debería ocuparse (y no preocuparse, hay diferencia) por tu estilo personal:
Vestir bien abre muchas puertas
Una buena apariencia abre puertas. Literal y figurativamente hablando.
Te propongo un pequeño experimento: la próxima vez que hagas algo cotidiano, como por ejemplo ir al banco, ve una vez en playera y tenis y la otra en traje. Notarás que el nivel de atención entre uno y otro es tan diferente como el día y la noche. Puede que sea justo o no, pero así funciona el mundo.
Desde esperar en la fila del antro de moda a ser invitado a una junta con los directivos de la empresa, la forma en que vistes puede abrirte o cerrarte puertas. Por regla general, las personas piensan que un hombre que viste bien pertenece a cierto estatus socio económico (aunque eso no sea del todo cierto) y tienden a actuar en consecuencia. Puede que porque vistas ropas de calidad y que te queden bien no signifique que tus cuentas bancarias ronden los 5 ceros, pero un malentendido a tu favor no te haría mal ¿verdad?
Una buena impresión te da el beneficio de la duda
“No hay una segunda oportunidad para una primera impresión” –Oscar Wilde
Como ya mencionamos, la percepción de la riqueza, el estatus socio-económico y las influencias políticas está muy enraizado en nuestra sociedad. Nos guste o no, vivimos en un mundo donde se nos juzga por nuestra apariencia, al menos en la primera impresión. Si una persona vestida de cholo (como se les dice en México a los pandilleros) se te acerca a preguntarte la hora y luego otra persona vestida de traje y corbata te pregunta lo mismo, ¿Quién pensarías que tiene intenciones de asaltarte? Puede que el cholo sea una buena persona y el trajeado un auténtico criminal que se viste así para despistar, pero las primeras impresiones cuentan mucho, para bien o para mal.
Diversos investigadores y estudiosos del comportamiento humano dan validez científica a la importancia de vestir bien en general y a la primera impresión en particular. Por ejemplo, los investigadores Nalini Ambady y Robert Rosenthal de la Universidad de Harvard (enlace en inglés) concluyeron, a través de un estudio grabando en clase a diversos profesores de esa institución, que la primera impresión suele consolidarse a través del tiempo y que los profesores mejor presentados obtenían las mejores evaluaciones de parte de sus alumnos, aunque otros profesores dieran una mejor clase.
Si vistes de una manera descuidada o no acorde a tu edad (como los ahora infames chavorrucos) no te sorprenda si eres tratado con indolencia o en el peor de los casos con abierta hostilidad. En un mundo ideal, todos seriamos juzgados solo por la bondad de nuestras acciones y el contenido de nuestro corazón. Pero no. Así que hazte un favor a ti mismo y tira o regala esas camisas hawaianas o por lo menos guárdalas para cuando te vayas de vacaciones a la playa (y ni así, para ser honestos. Puedes disfrutar de la playa sin parecer mantel de fonda).
Vestir bien te hace más exitoso
Aseveración temeraria, hay que admitirlo. Pero dame el beneficio de la duda (ando bien vestido, lo juro) antes de cerrar la página e irte a ver videos de gatitos.
Las percepciones que las demás personas tienen de ti son importantes, pero también las tuyas sobre ti mismo, ya que el vestir bien tiene un demostrado “Efecto Talismán”. Si piensas que estas vistiendo como una persona de éxito, esta percepción tendrá un impacto positivo en tu desempeño. Imagina que tienes que dar una conferencia o el balance bimestral a los directivos de la compañía. ¿Cómo crees que desempeñarías mejor tu trabajo? ¿sintiéndote seguro de tu apariencia y firme en tu discurso o sintiendo las miradas reprobatorias y desconfiadas de tu audiencia?
Y además hay sustento científico para esta aseveración: un estudio realizado por la Northwestern University (Illinois, EEUU, enlace en inglés) demostró que la forma en que vistes tiene un impacto en tu desempeño. A este efecto lo llamaron cognición investida (enclothed cognition) y se refiere a la influencia de la vestimenta en el proceso cognitivo. Si vistes una bata de doctor convencido de que eres un doctor, tu habilidad de observación y razonamiento mejora perceptiblemente. Si vistes la misma bata, pero pensando que eres un pintor o panadero, no tendrás el mismo efecto porque el valor simbólico de la bata no es el mismo.
Lo dice la ciencia, no yo.
El mismo principio se aplica al ámbito social y laboral. Cuando te tomas el tiempo y el cuidado de lucir atractivo e interesante, empezaras a actuar como una persona atractiva e interesante.
Los hábitos de higiene personal son buenos hábitos en general
Me salió verso sin esfuerzo. El vestir bien no es la hercúlea tarea que probablemente te estas imaginando. Pero requiere de conocimiento, disciplina y atención a los detalles.
Cuando estás dispuesto a invertir ropa de calidad, estas más inclinado a observar los detalles y a cuidarla mejor que cuando compras ropa en el súper o en el tianguis. Y el ser observador y cuidadoso es un buen habito en todos los aspectos de la vida.
Organizar tu closet, saber cómo combinar colores y patrones, aprender a mantener en buen estado tu ropa y demás habilidades te ayuda a ser una persona más observadora y cuidadosa en general. Es una de las razones por las cuales el personal de las Fuerzas Armadas le da tanta importancia a la apariencia. Los soldados que adquieren el hábito de hacer las cosas a la perfección la primera vez, aun cuando es en una tarea aparentemente insignificante como bolear sus botas, son soldados que son menos propensos a meter la pata cuando su vida y la de sus compañeros están bajo fuego enemigo.
Nunca Sabes a Quién Vas a Encontrarte
Los agentes de bienes raíces manejan un concepto llamado “atractivo de acera” para determinar si una propiedad destaca entre las otras para el paseante casual. Tu apariencia funciona de la misma manera. Cuando andas bien vestido tienes “atractivo de acera”. Destacas entre el montón. Las personas notan tu presencia. Y les agrada lo que ven.
Otra razón por la cual siempre quieres dar tu mejor versión de ti mismo es porque nunca sabes a quien vas a encontrarte. Probablemente te ha pasado esto: un día vas al súper, y como sólo vas a eso decides salir en shorts, playera del América (o de las Chivas, este blog no se suscribe a un equipo en particular) calcetines y Crocs (por favor, POR FAVOR nunca hagas eso, es un crimen de lesa humanidad). Estas ahí comprando tus verduras cuando de pronto la ves: tu amor platónico de la secundaria, tan hermosa como la recuerdas. Y va sola. Tratas de enterrar tu cara en las cebollas, pero es demasiado tarde: ya te reconoció. Se acerca a saludarte y tú no sabes dónde meterte. Tu amor platónico apenas puede contener la risa y tu quisieras desaparecer de la faz de la tierra.
Que eso no te pase a ti amigo mío, porque una mala impresión es difícil, muy difícil de cambiar. El profesor Frank Bernieri, jefe del Departamento de Psicología de la Universidad de Oregon y estudioso del comportamiento humano, afirma que a la hora de transmitir un mensaje “hoy parece pesar más el cómo que el qué. Y borrar la primera impresión es tremendamente complicado”. (enlace en inglés)
Jefes, intereses románticos, clientes, hasta rivales de amores o laborales. Todas y cada una de estas personas viven en el mismo mundo que tú, y ante ninguna de ellas quisieras sentirte avergonzado de tu apariencia ¿verdad? Si conviertes el buen vestir en un hábito, jamás tendrás que volver a preocuparte de a quien puedas encontrarte, cuando sea, donde sea, con o sin previo aviso.
Todo eso suena muy bien, pero sale demasiado caro comprar todo un guardarropa nuevo y no puedo permitirme tal gasto
Colegiaturas, servicios, hipoteca, auto-financiamientos… todo lo que implica vivir en esta sociedad, vamos. Como todo lo que vale la pena, vestir bien requiere conocimiento, preparación, paciencia y constancia. A menos que tu plan sea sobrevivir a base de sopas instantáneas por un año, no es recomendable salir y comprar todo en una sentada. Aparte del monto de la inversión (que no gasto) puedes perderte buenas oportunidades si lo haces todo con prisas. Así que relájate amigo mío. Dedicaremos una entrada completa a cómo vestir bien sin tener que asaltar un banco, pero aquí te damos unos puntos preliminares
- Haz el compromiso de comprar una prenda al mes: pero que la prenda sea de calidad y combinable. Es mejor que te gastes $ 500 MXN ($40 USD) en una camisa blanca de vestir que puedes combinar con lo que sea, a que te gastes ese mismo dinero en 5 camisas, pero de mala calidad.
- Reduce los gastos hormiga: en vez de comprar ese Gansito o de ir al cine nada más por costumbre, amárrate las manos y guarda ese dinero para una buena prenda de vestir o unos buenos zapatos. Cuando ahorras con un propósito concreto y ves las recompensas de manera rápida (de forma mensual o quincenal) ahorrar es más fácil.
- Compra en tiendas especializadas, no en el súper: Normalmente este tipo de establecimientos tienen artículos de mejor calidad y personal entrenado para asesorarte. No siempre es el caso, pero tienes mejor oportunidad de despejar tus dudas en una tienda Vittorio Forti que, digamos, en un Wal-Mart.
- Conviértete en un caza ofertas: casi siempre en las casas de ropa para caballeros hay algún tipo de promoción de temporada. Y como tu objetivo es comprar prendas que no pasan de moda y fácilmente combinables, no tienes que preocuparte si las prendas en promoción no son precisamente el último grito de la moda.
Y tan o más importante que el qué y el cómo, es el cuándo. Por ejemplo, si eres contratista independiente, no te vas a presentar en saco y corbata a arreglar un lavabo descompuesto. Pero si te presentas con un overol limpio, bien ajustado, con una caja de herramientas bien ordenada y con el logo de tu empresa (si no tienes uno, un diseñador gráfico te lo puede hacer por lo que te cuesta una ida a los tacos) es más probable que la señora de la casa te abra la puerta y te contrate de nuevo (aparte de que si haces un buen trabajo y cobras lo justo) que si llegas con un pantalón sucio, camiseta de partido político rota y andas enseñado la “barba partida” en cuanto te agachas.
Y como decía mi abuela, hay que dar el remedio y el frasquito. En futuras entradas ahondaremos en este tema para que tengas todas las armas para ser un hombre con clase (al vestir, por lo menos)
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